sábado, 26 de junio de 2010

NINO FELIZ PLANTEA PROBLEMAS DE LA UASD


EN ENTREVISTA EXLUSIVA AL PERIODICO PATRIA

Los problemas que afectan a la institución más importante del país, que es la UASD, son múltiples. Pero bastaría con mencionar sólo unos cuantos. Veamos: conducción caótica e ineficiente de los procesos docentes y administrativos; atomización de los servicios que brinda a sus estudiantes, profesores y empleados. Hace veinte o treinta años realizábamos de manera manual en tiempo record algunos servicios y hoy, teniendo las posibilidades tecnológicas, duramos mucho tiempo en brindar el mismo servicio. Otro problema grave lo constituye la falta de seguridad social para los servidores; la excesiva carga docente, entre otros problemas no menos importantes.

P- Hemos planteado en nuestra propuesta que la causa principal de la situación por la atraviesa nuestra institución se debe a que el modelo gerencial se agotó y padecemos una crisis estructural que nos obliga a redefinir dicho modelo. Hay otras causas, que guardan estrecha relación con la primera, por un lado la falta de gerencia, y por otro, la falta de institucionalidad. También debemos mencionar, como causa que afecta a la Academia, el excesivo clientelismo, el cual ha desbordado y desnaturalizado todo nuestro sistema burocrático, afectando la funcionalidad y el orden legal establecido.


P- Nuestra Universidad, desde su apertura democrática y abierta a los sectores populares, desde la lucha del Movimiento Renovador, siempre ha estado amenazada por los sectores conservadores. Debemos pensar que las instituciones que mueven enormes capitales ven a la Universidad como su competencia y como obstáculo en el marco del desarrollo de sus empresas productivas. Hacia lo interno el peor enemigo que tiene la UASD son los problemas generados por la falta de gerencia e institucionalidad. Ese es el peor enemigo interno, no quiere decir, por supuesto que no existan elementos infiltrados.
P- La institución se caracteriza por la falta de institucionalidad, carencia de una gerencia efectiva, abandono de su esencia o las raíces del Movimiento Renovador, abandono de los organismos de cogobierno universitario, centralización administrativa y un clientelismo muy acentuado.

P- Evidentemente que la institución tiene el capital humano y la reserva ética y moral para afrontar los males que la afectan. Hacia lo interno tenemos las fortalezas como para salir con éxito de la situación. Además el peso social y prestigio que posee es parte de sus fortalezas.
P- El primer paso que debemos dar es redefinir el modelo para establecer sistema gerecial basado en eficacia y eficiencia; desarrollar procesos de gestión de calidad que sitúen la academia en el marco de la pertinecia y las exigencias de la competitividad, los planes del desarrollo nacional y los estándares internacionales en que debe sustentarse toda institución de Educación Superior.
P- Soy optimista, sé que la institución cambiará el rumbo porque las fuerzas sanas que se mueven en su interior están despertando y participando un movimiento de cambio, esta situación hará posible que se produzcan las trasformaciones que necesita la UASD para seguir siendo el patrimonio más importante de nuestro país y fuente inagotable de la movilidad social.

viernes, 18 de junio de 2010

AMILKAR ALMANZAR REFLEXIONA SOBRE LA GESTA DEL 14 DE JUNIO


Amilkar Almanzar Cantisano.

Al conmemorarse 51 años de la expedición del 14 de junio, la juventud dominicana tiene el deber de reflexionar sobre el significado que tiene esta fecha para la historia de nuestro país, y la deuda que todavía tenemos con la sangre que se derramó en las montañas de Constanza y en las costas de Maimón y Estero Hondo.


Confieso que hasta hace algunos días, mi admiración por los héroes del 14 de junio se debía a que habían venido “enamorados de un puro ideal” a luchar por la libertad del pueblo dominicano. Mi visión era tan corta, que sólo recordaba que los expedicionarios vinieron a derrocar a Trujillo, sin inquietarme nunca lo que debía suceder cuando destituyeran al Dictador.


Nunca me detuve a pensar en el programa que traían los miembros de la “raza inmortal”. Tremendo error el mío.


No conocer el programa mínimo de los expedicionarios de junio de 1959 es borrar parte de la historia de nuestro país. 17 propuestas, agrupadas en cuatro bloques: político, social, económico e internacional; que a cinco décadas aun esperan ser implementadas.


Sacando el conservador que hay en mí, me atrevo a proponer que de las 17 propuestas del 14 de junio asumamos tres como nuestras banderas de lucha:

1. “Convocar una Asamblea Constituyente elegida por medio del sufragio universal, directo y secreto para elaborar una Constitución con sujeción a los principios que rigen la concepción de la organización democrática del Estado, e inspirada en los postulados de la justicia económica y social”. [1]


Parecería una necedad de mi parte plantear un proceso constituyente apenas a unos meses de haberse aprobado una nueva Constitución.


Lo que pasa es que esa no es mi Constitución. Esa “nueva” Constitución no me representa. Se hizo a espaldas del pueblo. Niega la justicia que proponían los expedicionarios de Junio. No construye democracia. No promueve participación.


2. “Iniciar una efectiva campaña de alfabetización, reformando íntegramente la enseñanza, a fin de que la nueva escuela, desde la primaria hasta la universidad, sea forjadora de una conciencia nacional avanzada y libre, que contribuya a darle impulso a los reclamos y derechos del pueblo”.[2]


No es suficiente con que alfabeticemos. Es necesario también que evaluemos como alfabetizamos. Nuestra educación no es una herramienta para la liberación. Más bien aporta a la alineación del pueblo. Por eso del 14 de junio solo nos enseñan que vinieron a derrocar a Trujillo y que los asesinaron a todos.


Nunca se nos habla sobre sus propuestas y su programa. Aprendemos inglés para que podamos servirles a los turistas. Formamos profesionales en las universidades para que sueñen con ejercer sus carreras en otros países. Aun estamos a la espera de la conciencia nacional avanzada y libre.


3. “Revisar todas las concesiones hecha por la tiranía a favor de capitales nacionales y extranjeros, que sean lesivas al interés nacional”. [3]


La lucha contra la cementera en los Haitises fue una continuación de esta propuesta de los expedicionarios. Asumir la lucha en contra de la concesión minera a la Barrick Gold es una obligación de todo aquel que se sienta comprometido con el 14 de junio.
Los y las revolucionarios, democráticos y progresistas tenemos el deber de comenzar a recordar a los expedicionarios del 14 de junio no solo por haber ofrendado sus vidas en contra de la tiranía de Trujillo.


Tenemos el compromiso de asumir y promover el programa de la expedición. Hacer nuestras las 17 propuestas, lograr que la juventud se enamore de ellas, y que luche por conseguirlas.

Honremos la memoria de la raza inmortal levantando las banderas de sus propuestas.


[1] Programa Mínimo de los Expedicionarios de Junio 1959
[2] Ídem
[3] Ídem

lunes, 14 de junio de 2010

REIVINDICANDO A JUAN PABLO DUARTE DESDE LA IZQUIERDA



¿Por qué un Partido Duartiano?

Por: Julio Díaz campusano


Juan Pablo Duarte fue un férreo y visionario anticolonialista y antiimperialista de su época.

Fue integral en sus convicciones políticas y nunca tranzó con los enemigos de la Patria. De ahí su famosa consigna de que: “Nuestra Patria ha de ser libre de toda potencia extranjera, o se hunde la isla”. O su crítica vertical: “Mientras no se escarmienten a los traidores como se debe, los buenos y nobles dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”.

Él fue el mentor y organizador del Partido La Trinitaria, donde unió a las personalidades más conspicuas del patriotismo de su época, particularmente a los jóvenes, a quienes inculcó su sabia doctrina independentista, plural, democrática y humanista, sin distingo de condición social, raza, credo o sexo.

De todos los trinitarios, en él no hay una sola evidencia de vacilación, ni de confusión de quien era el enemigo principal a derrotar en un momento histórico determinado.

Juan Pablo Duarte también nos enseñó que en la táctica es necesario la más amplia coalición de fuerzas políticas y sociales hecterogéneas, incluyendo sectores conservadores y de derecha, como los Bobadilla y Pedro Santana, para el logro del objetivo estratégico, que era la Independencia Nacional.

Pero también en él encontramos la grandeza de su flexibilidad táctica para lograr el objetivo estratégico, que lo llevó incluso a trazar la sabia política de que un grupo de trinitarios ingresara al ejército invasor haitiano para aprender el arte militar, y conocer y estar cerca de las armas.

Con esta concepción a cuesta inculcó sus ideas políticas contra la ocupación haitiana que duró 22 años, y enseñó personalmente el uso de la esgrima y defensa personal.

Eso indica que el patricio sabía perfectamente que el desenlace de la actividad independentista iba a desembocar en la lucha armada, y había que prepararse para ella.

El patricio sabía también que una vez lograda la independencia nacional se debía aprobar y promulgar una Constitución de la República, como Ley Sustantiva, por eso escribió de su puño y letra un proyecto de Constitución, que fue ignorada por Pedro Santana, en la cual decía en su Art.6: “Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del Pueblo Dominicano es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera, cual la concibieron los fundadores de nuestra asociación política al decir (el 16 de julio de 1838) DIOS, PATRIA Y LIBERTAD, REPUBLICA DOMINICANA, y fue proclamada el 27 de febrero de 1844, siendo, desde luego, así entendida por todos los pueblos, cuyos pronunciamientos confirmamos y ratificamos hoy; declarando, además, que todo gobernante o gobierno que la contraríe, de cualquier modo que sea, se coloca ipso facto, y por sí mismo, fuera de la ley”.

Con lo cual no sólo planteaba la creación de un país con un desarrollo independiente integral, sino también democrático, civil, republicano y pluralista, respetuoso de sus leyes.

Lograda la independencia, el patricio fue el primer funcionario dominicano en hacer la necesaria rendición de cuentas del dinero recibido y gastado en gestiones gubernamentales, con lo cual daba una clara señal de cómo los funcionarios públicos debían utilizar el dinero del pueblo, y no caer en actos de corrupción. Incluso, pidió su herencia familiar para ponerla al servicio de la causa independentista, a cambio de nada material. Eso no sólo demuestra la alta calidad política, sino la honradez y sencillez del patricio, que todo lo dio por la Patria.

Ese mismo joven Juan Pablo Duarte, visionario, ideólogo y organizador de nuestra Independencia Nacional, y verdadero Padre de la Patria, fue el mismo que a los 57 años viene al país a ponerse a las órdenes de los líderes de la Restauración que luchaban tesoneramente junto al pueblo en armas contra las tropas anexionistas españolas y el gobernador Pedro Santana.

Por todo lo dicho, y lo callado por falta de espacio, nuestro inspirador y guía político es Juan Pablo Duarte, pues su legado histórico pleno de amor, desprendimiento, patriotismo, firmeza, sencillez y honestidad lo sitúan como un gran libertador.
Ha sido un grave error histórico de los militantes de la izquierda y patriotas consecuentes de la República Dominicana habernos aferrados a líderes revolucionarios extranjeros, desdeñando, y hasta excluyendo, el liderazgo histórico del patricio Juan Pablo Duarte, quien a nuestro entender es el icono emblemático que puede y debe aglutinar a todos los patriotas, demócratas y revolucionarios dominicanos alrededor de un gran y poderoso partido duartiano para salvar la Nación.